LA VIDA SIEMPRE TE SORPRENDE...Y, A VECES, DE FORMA MUY BUENA (SEGUNDA PARTE).
Enlazando con la primera parte, nos quedamos en la famosa primera comida en la que fui el centro de atención de todos y yo sin saberlo. ¿Veis lo que os quería decir? Yo simplemente estaba comiendo y el resto de la mesa estaba pensando cómo liarme con él. Así que cuando se fue J, la mujer del amigo mio que lo trajo se volvió hacia mi y me preguntó: "¿Qué? ¿Te ha gustado el muchacho? ¿No me digas que no es apañado?" Y sin saberlo me vi metida en un berenjenal de amoríos y alcahuetas.
Después de esa comida, hubo unas cuántas más a lo largo de medio año en las que J siempre aparecía. Así que imaginaros a todos pendiente de J y de mi, vigilando si hablábamos o no. O si conectábamos o simplemente a ver que pasaba (ya os conté algo de esto en un post). Así que cuando J se iba de las comidas por algún motivo ahí tenía el interrogatorio de tercer grado de si me gustaba o no. Y eso pues chocaba con mi forma de ser: ¿Por qué? Porque nunca, y cuando digo nunca es nunca (incluida esta ocasión) me he enamorado a primera vista. No se que es eso de ver una persona y que tu vida en un segundo se ponga patas arriba. Aunque, de todas formas, a mi se me ha puesto patas arriba con el paso de los días. Simplemente necesitaba quedar con él a solas y hablar más de cinco minutos seguidos sin miradas que nos estuvieran taladrando la nuca...y así fue como ideé una manera de quedar con J sin que se me viera el plumero. Porque lo que iba viendo de él me gustaba pero sabía que con tanta gente no podríamos conocernos y, por si tampoco lo sabíais, soy muy tímida así que eso de lanzarme a pedirle el número o darle el mio estaba un poco difícil.
En fin, estuve dándole vueltas porque J también es muy tímido y sabía que no me iba a pedir el número ni nada, por tanto, tenía que buscar algo que pudieran aprovechar mis celestinos honoríficos para que partiera de ellos el liarnos. Sí, he de confesar que en esta parte de la historia he sacado mi perfil más manipulador, y también os confieso que no tenía ni idea de que lo tuviera hasta este punto. Apuntar también, que esto que os cuento no la sabe nadie. Vamos que por lo visto lo hice tan bien que nadie se ha dado cuenta (pero que miedo me doy a mi misma).
La forma que tengo de quedar con mis amigos de facultad es a través de correo electrónico ya que así cada uno va contestando cuando cree más oportuno. Es una manera muy cómoda pero también es una manera muy larga porque para hacer una quedada podemos tardar entre dos o tres semanas hasta que se cierra el tema. Y fue en este medio dónde vi mi oportunidad. Así, en una de las contestaciones mías para una quedada lancé al aire si alguien le apetecía ir a ver la película de Sherlock Holmes cuando de sobra sabía que nadie del grupo quería ir a verla. No obstante, sabía que mis celestinos no dejarían pasar la oportunidad.
Continuará...