¿Habrá más personas como yo que le pasen lo mismo?
Veamos, una de las razones por las que me decidí a escribir este blog es que mi trabajo (si se le puede llamar trabajo) es de lo más insulso y deprimente. Es algo a lo que jamás creía que me podía enfrentar. Había escuchado hablar a personas de esa misma situación y siempre pensé que la culpa era de ellas: el estar en una situación que uno mismo tiene el poder de cambiar. Paradojas de la vida....ahora soy yo la que me encuentro en esa situación y, además, he perdido ya un año de mi vida sin poner remedio. Ahora miro la situación a traves de otro cristal, mi perspectiva ha cambiado. Comprendo el porqué muchas personas se quedan ancladas en algo que no les gusta y que le mayoría de los días te deprime. Llega la mañana y suena el despertador y como todos pensamos: "Oh, no. A trabajar. ¡No quiero!" Si todos pensamos lo mismo, pero la mayoría se queda ahí en el "no quiero". Sin embargo, la gente que se encuentra encerrada en un trabajo como el mio vamos un poco más lejos y decimos además: "¿Y para qué?" La desidia de hacer algo que la mayoría del tiempo te deprime y encima aguantar al cascarrabias del jefe (que si, que todos tenemos que aguantarlo), se te hace todo una bola que cuesta la misma vida digerir. No obstante, te levantas, te vistes, desayunas y coges el coche para ir a ese "maravilloso" trabajo que te hace la vida imposible. ¿Y para qué?...........pues para pagar las letras del coche, la hipoteca, las salidas, los viajes.........La cuestión está en que todo el mundo tiene letras e hipotecas (y el que no tiene está deseando tenerlas, señal que tiene piso) así que, la gran diferencia con la mayoría es que yo tengo miedo. Sí, tengo miedo a dar el salto, a provocar el cambio en esta vida, en este trabajo. Porque lo que es realmente cierto es que todos podemos provocar el cambio en nuestras vidas por pequeño que sea.........tal sólo tenemos que querer hacerlo.