MI CITA CON EL MÉDICO.
He de confesar que mis dos grandes miedos eran que el médico se pusiera hecho un borde conmigo por no haberme realizado la prueba y el otro, que me dijera algo tan grave que me quedara fulminada en la silla.
No he ido sola, mi padre me ha acompañado (él está jubilado) que no mi madre que la pobre tenía que trabajar y espera ya pedir los días de la prueba y cuando vuelva a ver al médico para comentar resultados.
Llegamos a la consulta mi padre y yo, y cuando salió la enfermera le di el papel de la cita y la carta que me mandó el médico que me tenía que hacer la prueba. Pensé que mejor se la daba ya y que la fuera leyendo para que supiera ya el porqué no tenía los resultados de la dichosa prueba. Allí nos sentamos mi padre y yo en la sala de espera. Los pacientes iban pasando, y como era de esperar no entré a la hora que tenía la cita. Incluso entraron los que llegaron más tarde que yo. Entonces, una idea peregrina se posó en mi mente: "me ha dejado para la última porque el tema a tratar será peliagudo". Y entonces el corazón me empezó a bombear fuerte, se me hizo un nudo en el estómago y empezó a entrarme un nerviosismo descontrolado. Al final, cuando ya estábamos solos en la sala nos llamaron. "Oh oh" pensé "creo que no me he equivocado".
Entramos en la consulta y me senté y el cardiólogo empezó a leer los papeles que tenía delante. Ya estaba yo preparada para contestar y discutir todo lo que hiciera falta cuando va y empieza explicarme. Parece ser que se dio cuenta que fue una barbaridad el que me mandaran allí sin ningún tipo de información.
Me dijo que tenía que hacerme la prueba porque lo que me diagnosticaron de pequeña podría haber estado mal (que digo yo que a mi me hicieron el cateterismo, una prueba bastante importante como para que encima se equivocaran). Que creían que era otra cosa y la única posibilidad era confirmarlo a través de esa prueba. Si es lo que ellos dicen puede ser un pequeño agujerito que conecta no se que sitio del corazón y que deja pasar la sangre de un lado a otro (Rebeca perdóname por pegarle patadas a vuestro lenguaje técnico pero es que no me puedo quedar con todo). Tienen que comprobar si es eso, si lo es, cómo de grande es el agujerito. Y si es muy pequeño no hacen nada y si es algo más grande lo estudiarían y me operarían para ponerme un "parche". Esta palabra me la ha dicho él textualmente. Que no me preocupara que incluso hay deportistas con ello que hacen una vida deportiva. Que en todo caso el parche es para prevenir el día de mañana.
Ni os podéis imaginar la tranquilidad que me ha entrado. Hombre, lo suyo sería que no tuviera nada, y si tengo, que no haya que operar. Pero claro, después de todo lo que llevo vivido esto para mi suena a música celestial.
Hoy, por fin, voy a poder dormir tranquila.