¿Dónde está el trocito de mundo que me toca?

VOILÀ...C'ÉST ICI!

jueves, junio 24, 2010

MI CITA CON EL MÉDICO.

Si os dijera que hoy no he estado nerviosa, os mentiría como una bellaca. Si os dijera que hoy no he sentido todos los dolores por sentir en el corazón (por supuesto imaginarios y totalmente a consecuencia de esta situación ya que nunca he sentido dolor físico en ese músculo) la nariz me crecería como a Pinocho. En fin, que ha sido un día bastante nerviosillo, mucho. Además, he tenido un día en el trabajo de lo más estresante. Con lo cual, hoy ha sido un día redondo, redondo para irme a casa y descansar. Lástima que aún me queda hora y media de trabajo que si no....

He de confesar que mis dos grandes miedos eran que el médico se pusiera hecho un borde conmigo por no haberme realizado la prueba y el otro, que me dijera algo tan grave que me quedara fulminada en la silla.


No he ido sola, mi padre me ha acompañado (él está jubilado) que no mi madre que la pobre tenía que trabajar y espera ya pedir los días de la prueba y cuando vuelva a ver al médico para comentar resultados.


Llegamos a la consulta mi padre y yo, y cuando salió la enfermera le di el papel de la cita y la carta que me mandó el médico que me tenía que hacer la prueba. Pensé que mejor se la daba ya y que la fuera leyendo para que supiera ya el porqué no tenía los resultados de la dichosa prueba. Allí nos sentamos mi padre y yo en la sala de espera. Los pacientes iban pasando, y como era de esperar no entré a la hora que tenía la cita. Incluso entraron los que llegaron más tarde que yo. Entonces, una idea peregrina se posó en mi mente: "me ha dejado para la última porque el tema a tratar será peliagudo". Y entonces el corazón me empezó a bombear fuerte, se me hizo un nudo en el estómago y empezó a entrarme un nerviosismo descontrolado. Al final, cuando ya estábamos solos en la sala nos llamaron. "Oh oh" pensé "creo que no me he equivocado".


Entramos en la consulta y me senté y el cardiólogo empezó a leer los papeles que tenía delante. Ya estaba yo preparada para contestar y discutir todo lo que hiciera falta cuando va y empieza explicarme. Parece ser que se dio cuenta que fue una barbaridad el que me mandaran allí sin ningún tipo de información.


Me dijo que tenía que hacerme la prueba porque lo que me diagnosticaron de pequeña podría haber estado mal (que digo yo que a mi me hicieron el cateterismo, una prueba bastante importante como para que encima se equivocaran). Que creían que era otra cosa y la única posibilidad era confirmarlo a través de esa prueba. Si es lo que ellos dicen puede ser un pequeño agujerito que conecta no se que sitio del corazón y que deja pasar la sangre de un lado a otro (Rebeca perdóname por pegarle patadas a vuestro lenguaje técnico pero es que no me puedo quedar con todo). Tienen que comprobar si es eso, si lo es, cómo de grande es el agujerito. Y si es muy pequeño no hacen nada y si es algo más grande lo estudiarían y me operarían para ponerme un "parche". Esta palabra me la ha dicho él textualmente. Que no me preocupara que incluso hay deportistas con ello que hacen una vida deportiva. Que en todo caso el parche es para prevenir el día de mañana.


Ni os podéis imaginar la tranquilidad que me ha entrado. Hombre, lo suyo sería que no tuviera nada, y si tengo, que no haya que operar. Pero claro, después de todo lo que llevo vivido esto para mi suena a música celestial.

Hoy, por fin, voy a poder dormir tranquila.

4 Comentarios:

At 24 de junio de 2010, 22:33, Anonymous Anónimo said...

Hola Gaby, solo puedo decirte que soy muy feliz porque el diagnostico te ha aportado tranquilidad, a veces es mejor que te digan que tienes algo que es solucionable a que te empiecen a decir puede ser esto o esto otro.

Ahora ya sabes a qué atenerte, tal y como avanzan ahora esas cosas si te tuvieran que hacer algo seguro que no te enterarías.

¿Además que es un pequeño agujerito en un corazón tan grande como el tuyo?

Si ahora eres capaz de dar tanta ternura sin proponértelo ¿Cuánta serás capaz de dar si te ponen ese parche?

Lo de los médicos es algo que comprendo bien mi niña, les he tratado tanto que ni imaginarías las horas y horas de sala de estar.

Pero nada, no me acostumbro, por eso me identifico con lo que cuentas, empiezas a pensar mil cosas.

Pero ¿y ahora? ¿Cómo amas la vida?, seguro que saliste a la calle renovada de esperanza y encontraste esas flores tan lindas que solo pueden nacer en Sevilla y aspiraste su aroma y seguro que vistes niños pasar ¿no notabas que todo brillaba un poquito más, amiga mía?

Me alegro mucho de que todo haya vuelto a la cama, pero siempre recordaré la ternura que me provoco cuando te pusiste cabezona (tipo cántabro) y dijiste:

Ahora no me hago la prueba.

Por cierto, entre tú y yo, no puedo detener los latidos de mi corazón desde que abrí mi escritorio y no ha sido por el partido de mañana.

¿Quizá ha sido la noche de san Juan? ¿Verdad?

He mandado un millón de besos de viaje y no me acuerdo muy bien de qué destino tenían, pero por si acaso no te protejas de la brisa que te llegue del norte.

 
At 25 de junio de 2010, 10:03, Blogger S. said...

Ainsss mi niña,esto es como las notas del colegio...pero con tu salud en juego.
Te mando muhos besos y ánimo,que todo va a salir bien.

 
At 25 de junio de 2010, 11:33, Blogger GABI said...

JOSECB, muchas gracias, yo también estoy contenta dentro de lo que cabe.

Preferiría que no me tuvieran que operar porque una operación sea lo que sea siempre tiene sus riesgos. Y aunque esto sea "sencillito" no hay que olvidar que sería una operación de corazón. Pero bueno, todavía me tienen que hacer la prueba y al menos puede ser algo que tiene solución.

Muchas gracias por las cosas que me dices, la verdad es que consigues sacarme los colores.

Besitos!

 
At 25 de junio de 2010, 11:33, Blogger GABI said...

Muchs gracias S. No te preocupes que seguiré informando de mis avances. A ver si puedo escribir sobre cosas más alegres.

Besitos!!

 

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