RESUMIENDO...
Esa es la explicación de porqué he estado totalmente desaparecida: trabajo, trabajo y trabajo.
Bueno, también tengo que deciros que este martes me hice la famosa prueba médica. Por supuesto que no fue tan malo, molesto sí, desagradable, también, y con unos efectos secundarios muy duraderos: parecía que estaba emporrada durante todo el día. Era como vivir en una nube. Vaya con los sedantes.
Le pregunté a la médica que me hizo la prueba si había visto algo. Y ella me dijo que no había visto nada nuevo. Que lo único que había visto era lo que ya tenía. Así que cuando vuelva a ver a mi cardiólogo a ver qué me dice, o si me quiere hacer más pruebas. En fin, ya os seguiré contando la historia.
Ya tan sólo me queda una semana para irme de vacaciones. Rebeca, a tu tierra voy, sí, a Barcelona a una boda de un primo mio. Se casa en mitad de la montaña en una ermita. No me quiero ni imaginar cómo acabaré con los tacones.
Ahora me toca empezar a ponerme al día con vosotros. Ya seguiré comentando mis idas y venidas. Por ahora estoy muy contenta, eso sí, con un resfriado alucinante (por eso no he podido escribir hasta hoy, llevo desde el martes con una nube en la cabeza).