¿No os ha pasado alguna vez que cuando estás esperando desesperadamente una llamada y no paras de mirar el teléfono parece que cada vez se pone más y más grande? A mi me pasó ayer pero no esperando una llamada más bien evitando que yo realizara esa llamada.

Ayer intenté distraerme por todos los medios pero no paraba de revolotear alrededor del móvil. Lo miraba una y otra vez y parecía que crecía y que me decía "ven....ven...". Esto se está empezando a parecer a una película de terror.

Pero llegó un momento en el que mi mente lo relacionó todo y de repente todo parecía un "déjà vu". Sí´. Entonces recordé que un 6 de septiembre de 2008 me encontraba en la misma situación. Miraba el teléfono de la misma forma y también crecía, pero en aquella ocasión sucumbí. Me acerqué al móvil y le envié un mensaje. Y él me llamó. Y cuando acabó la conversación me sentí fatal.

Este año ha sido distinto. El teléfono creció muchísimo, pero yo ni hice esa llamada ni mandé ese mensaje. Y me siento estupendamente porque conseguí soltar lastre. Nunca podré olvidar que el 6 de septiembre es su cumpleaños, aunque si puedo evitar el hacerme daño.