Prueba superada.
Pues bien, este fin de semana por fin llegaron mis amigos a que les enseñara Sevilla. Lamentablemente el tiempo no acompañó mucho ya que la lluvia estuvo presente durante toda la mitad del fin de semana. Así que me quedé un poco a cuadros porque tenía muy bien preparadas mis rutas para pasear por las calles, tapear en los pequeños bares y terracitas...y ¿qué me encuentro? Una lluvia a mares. Paseando lo poco que podíamos bajo la lluvia y con el paraguas. Así que mientras ibamos paseando por las calles, luchando contra la lluvia, yo iba dándole vueltas a la cabeza a ver en que bar nos metíamos para poder descansar de tanta lluvia.
No obstante, conseguí rehacer todo lo bien que pude mis rutas y al final el fin de semana no se fue al traste. El sábado al medio día el tiempo mejoró y pude darles ese paseo tan fascinante para todo el que viene de afuera que es pasear por las calles del Barrio Santa Cruz (aunque he de confesar que para mi también volvió a serlo).
Al final, me agradecieron muchísimo la visita, que lo habían pasado genial incluso aunque hubiera llovido y que les gustaría volver para disfrutar otra vez de la ciudad con mejor tiempo y sobre todo de mi compañía (Javi, no tuve que usar el plan B: emborracharlos).
Así que me encuentro genial porque para mi no dejaba de ser un examen (creo que está aprobado con nota). Ya se me había olvidado que la gente cuando viene a conocer una ciudad y se la enseñas poniendo toda la ilusión que puedes te lo agradece vaya donde vaya. A mí me ha pasado. Sólo con ver el empeño que están poniendo ya te sientes agradecido por el interes que ponen en enseñarte lo mejor que ellos conocen. La verdad es que ha sido un fin de semana genial. Me he dado cuenta, que cuando enseñas tu ciudad a gente que viene a conocerla es como si la volvieras a descubrir, y al pasear por todos sus rincones es como si volvieras a verla casi con los mismos ojos que la miraron por primera vez.
En fin, que el turismo por mi ciudad ha despertado en mi otra vez la vena viajera y las ganas de perderme por alguna ciudad española, andar por sus calles y conocerla esquina a esquina. A ver si puedo convencer a alguien para que me acompañe a Salamanca que es una de mis ciudades pendientes. Mientras tanto, seguiré paseando por estas calles.