Hace unos días, en concreto este lunes pasado, fue mi cumpleaños. Puede parecer una tontería pero en ocasiones como esas te das cuenta quien realmente es amigo tuyo y quien es simplemente un conocido.

Sea por la razón que sea, en mi vida no he tenido la suerte de tener buenos/as amigos/as desde pequeña. Conozco gente que tiene amigos geniales o que son amigos desde el colegio. Mi caso no ha sido ese. Mis amistades por el colegio pasaron sin pena ni gloria al igual que las del instituto. Ahora que miro hacia atrás compruebo que entonces sólo tuve conocidos/as. Tal vez sea triste...no lo se. En aquellos momentos si los consideraba como tales. Los consideraba amigos de esos de toda la vida, sin embargo, no lo eran y debí de entenderlo en muchos de sus comportamientos que por aquellos entonces me chocaron, y que hoy en día les encuentro todo el sentido: simplemente eran conocidos.

No obstante, sí puedo decir que por fin en mi época de facultad encontré a mis mejores amigas. Pero las de verdad. Y pienso que en realidad es en esta etapa cuando uno es más libre para poder elegir y encontrar a tus mejores amigos. A lo largo de la vida las amistades vienen impuestas por las circunstancias pero es cuando creces cuando tienes el poder de elegir cuales quieres que sean tus amigos.

Pues toda esta reflexión he tenido en estos días, ya que siempre me han dicho, y tengo entendido, que los mejores amigos se descubren en las peores situaciones y cuando las cosas no van bien. Tal vez tengo que discrepar en ello pues no es en el único momento en que puedes descubrir cuales son tus verdaderos amigos. Es cierto, que el que no es amigo no se presta a ayudarte en las situaciones malas, pero ¿no os ha pasado alguna vez que habeis llamado o habeis visitado a alguien que sólo era un conocido por el mero hecho de cumplir? ¿Por la simple cuestión de que socialmente es lo aceptado? ¿Preguntar a alguien como se encuentra un familiar en el hospital? ¿Dar el pésame a alguien que a lo mejor hace poco que te han presentado? Simplemente es ser cortés, pero realmente no es lo que sientes.

Pues todo lo contrario pasa cuando la cuestión es disfrutar de un evento. Ahora he comprendido que no todo el mundo está dispuesto a disfrutar contigo a no ser que sean TUS AMIGOS. Me he encontrado que los conocidos han pasado de la celebración de mi cumpleaños, es decir, no han ido a la celebración pero sí me han felicitado por telefono (cosas de la sociedad hay que cumplir). Vamos que en la celebración descubrí que al final estábamos los que teníamos que estar en realidad: los amigos de toda la vida.

Así que por sorprendente que parezca, no sólo puedes descubrir a tus buenos amigos porque te acompañen en tus peores momentos sino porque además quieran disfrutar contigo tus grandes celebraciones.