Llevo casi nueve meses rodeada de maternidad. No, yo no estoy embarazada, pero una de mis mejores amigas sí y dos compañeras de facultad (que aún nos seguimos reuniendo aunque parezca casi imposible) también. Os podréis imaginar lo que está siendo estos nueve meses para mi. He descubierto que existen las reuniones prenatales: mini-fiesta-merienda (tampoco te vas a ir de discoteca con mujeres con una barriga, ya para su estado, bastante desarrollada, entre otras cosas porque NO DEBEN beber ni fumar) para entregar los regalitos o presentas ya que traen a este loco mundo a unas personitas inocentes y entrañables. En estos meses he aprendido qué carro es mejor para un niño, lo que significa "maxi-cosi", la cantidad de cacharros que existen para esterilizar los biberones, el supermundo de las sillitas...y muchísimas cosas más. Muchos pensareis, que teniendo sobrino como tengo cómo es que me son tantas cosas ajenas al mundo infantil. En fin, mi sobrino me viene por parte de mi hermano, es decir, que la que lo tuvo fue mi cuñada y no una hermana. Esto supone, que no en todos los casos, que si te toca una cuñada apañada vives la maternidad como la estoy viviendo con mis amigas, pero si te toca mi cuñada que es más rara que un perro verde.... Por eso me ha dado mucha pena ser consciente con ello de la de cosas que me he perdido con mi sobrino.

Volviendo al tema, en estos meses ya os podréis imaginar las conversaciones que he tenido: cómo está creciendo el niño, si da patadas, clases de preparación al parto, ropita de bebe, cunas, carros, biberones, cremas antiestrías, sentimientos a flor de piel, hormonas descontroladas....todo un mundo que se me ha abierto ante los ojos y que si bien muchos dicen que esto del embarazo entre amigas se contagia a mi me estaba dando como una sensación de "niños no gracias".

La verdad es que el tema de la maternidad siempre ha salido bastantes veces en nuestras conversaciones de grupo, alguna vez en la época de instituto, otras durante la facultad y con más asiduidad llegando a los 30. ¿Qué pasa con los 30? ¿Es que salta un despertador en el interior de las mujeres que le dice: "o te vas espabilando o se te pasa el arroz"? Si es así, que no digo que sea con todas, en mi caso, el despertador o se ha perdido o sencillamente es que no lo traía de fábrica. Y es que a raíz de todos estos embarazos que estoy viviendo alrededor y que no paran de bombardearme con ya es hora de tener niños yo vuelvo a pensar en mi situación. La cuestión es que cuando salían los temas maternales todas mis amigas afirmaban tajantemente que querían ser madres, no sabían cuando, pero querían serlo. Yo sin embargo, no lo tenía tan claro. Me explico. A mi aún no se me ha despertado el instinto maternal. No se si en un futuro (aunque con medio mundo diciendo que ya con 30 ese futuro es más bien corto) se me despertará. No tengo tan claro eso de ser madre. Y es que muchas de mis amigas pensaban que si llegado el momento no tenían pareja pensaban adoptar o tenerlos por fecundación "in vitro". Yo sin embargo no. Y ese es el quid de la cuestión: ellas sabían de sobra que llegaría un momento en el que la maternidad llamaría a su puerta. Yo sin embargo pienso que la maternidad no tiene mi dirección. Con ello no quiero decir que no quiera tener hijos (así me gusta, como siempre soy todo contradicción) pero es que creo que la maternidad es una responsabilidad muy grande para ser soportada por una sola persona. Pienso , que es otro paso más en una pareja (esté compuesta de los miembros que sea, y con ello me refiero a hombre-hombre, mujer-mujer u hombre-mujer). Creo que llegado un momento en que has encajado con esa persona con la cual compartes tantas cosas el paso es tener hijos (siempre que no seas anti-niño, que también es aceptable). Por eso no creo que huya de la maternidad, simplemente es que a día de hoy no se si encontraré a esa persona con la que compartirla. Y si no lo encuentro, creo que no llegaré nunca a experimentarla.

Así que con todo esto llegamos a la conclusión de que mientras todos a mi alrededor avanzan un paso más yo sigo aquí suspendida en el tiempo, aunque el dichoso reloj ese que sabe quién dónde está seguirá avanzando. ¿Qué me traerá el futuro? No se, tal vez tener muchos sobrinos y "sobrinos postizos" (que es como llamo a los de mis amigas) a los que querré como si fueran mis niños.