¿Dónde está el trocito de mundo que me toca?

VOILÀ...C'ÉST ICI!

viernes, septiembre 21, 2007

MI MÓVIL Y YO.

La verdad es que siempre me pregunto: ¿por qué las cosas más simples que a nadie le ofrecen ninguna complicación a mi me suponen una odisea? Veamos, la situación: cambio de móvil. La gente va, canjea sus puntos y se lleva el móvil a su casa. ¿Y yo? Pues yo tengo que ir a la tienda, no un día, ni dos sino ¡TRES DÍAS! y hasta se podrían haber convertido en cuatro.

¿Y cómo comienza la historia? Pues lo normal. El móvil mio empieza a fallar y como tengo muchos puntos (o eso creía yo, la verdad es que al final resultaron ser poquísimos) pues me decidí a canjearlo en mi tienda "........" (paso de hacerles publicidad). Ni corta ni perezosa me lanzo a un centro comercial. En la primera tienda que entré la muchacha ni me hacía caso. Le preguntaba y como si escuchara llover. Me estaba crispando los nervios. La tía no paraba de hablar con el maromo o el pichurri o lo que fuera aquel tío, la cuestión es que no se movió de su asiento ni paró la conversación. Resultado: me largué.

Menos mal que en el mismo centro comercial había otra tienda (aunque ahora que lo pienso lo mejor es que no la hubiera habido). Así que ahí se lanzó Gabi. Después de ver el catálogo y descubrir que con mis puntos se podía hacer bien poco (menos mal que yo sólo quiero móviles normalitos porque la tecnología y yo hace tiempo que no nos llevamos bien), pues bien, cuando encontré el móvil que se ajustaba a mi precio resulta que la muchacha de la tienda va y me intenta colar uno con la pantalla arañada. Así que la "buena mujer" me intenta largar el móvil chungo, con lo cual, la miro y comienzo la siguiente conversación:


Yo: Perdona, este móvil tiene la pantalla arañada (ni que decir tiene que quería que me llevase el móvil que tienen allí para que todo el mundo manosee y que ni siquiera tiene esas pegatinas transparentes horrorosas pero que sirven precisamente para que no se arañe).
La "buena mujer": Lo siento pero es el último que me queda.
Yo: ¿Cuándo vais a traer más? ¿Tardáis mucho tiempo en traer móviles nuevos?
La "buena mujer": No lo se. La que se encarga de hacer los pedidos es mi compañera.

[[En mi mente entonces surge la pregunta: ¿cómo no vas a saber qué hace tu compañera en una tienda que no es más grande que mi cuarto de baño? Vamos, me estás vacilando.]]

Yo (bastante ya rebotada del chuleo que me tenía la tía): Lo siento, pero el móvil así no me lo voy a llevar. Que menos que si me lo compro nuevo al menos sea yo la que lo arañe.
La "buena mujer": Vamos a ver vamos a ver. ¿Dónde está el arañón?
Yo: Aquí (le digo mientras le señalo el lugar exacto con mi dedo; por cierto, arañón que cubría toda la pantalla).
La "buena mujer": Yo no lo veo.

[[¿En? Ahora si que me estás vacilando. Con lo que se nota en el fondo negro del móvil]].

Yo: Está aquí (vuelvo a señalarle con el dedo).
La "buena mujer": Yo no veo nada (me habla mientras sigue ella en su mundo con el ordenador; luego me mira con cara de ojitos de cordero degollado para hacer presión). Pues nada. Es el último que nos queda. De este modelo no hay ninguno más. ¿Te lo llevas?
Yo (mirándola con los ojos como platos porque ella después de eso esperaba que le dijera que me lo llevaba): Pues no. No me lo llevo.
La "buena mujer": Pues entonces nada.
Yo: ¿Me devuelves mi carné de identidad? (se lo había dado al principio para que hiciera los trámites mientras miraba el móvil). Es que sin él no me voy a ir.

Y ella se me queda mirando con cara de palo. Le costó la misma vida devolvérmelo. ¿Realmente se creía que presionándome me iba a llevar el móvil? Ésta no me conoce. Cuando la gente se pone así soy capaz de irme a la otra punta de Sevilla a comprar el móvil. Para cabezona ella cabezona yo. Eso está claro. Así que el primer día perdido porque una vivales intenta colarme el móvil arañado que no le puede endosar a nadie.

En el segundo día me voy a otra tienda más cerca de mi casa. La chica era totalmente encantadora. Muy amable. Vamos estaba alucinando en colores después de lo vivido el día anterior. Tenía el móvil que quería, sacó una caja nueva sin abrir. Me pide el carnet. Y cuando se dispone a canjearme los puntos sucede lo siguiente:

La "muchacha simpática": Mira lo siento pero no puedo canjearte los puntos. ¿Has ido a otra tienda ".........." antes? (me niego a hacerles publicidad).
Yo: Sí ayer. Pero la muchacha pretendía que me llevara un móvil totalmente arañado. Así que me fui.
La "muchacha simpática": Pues hay un problema. La compañera de esa tienda te metió los puntos ya como canjeados. Ahora sale que sólo tienes 35 puntos.

[[¿¡¡Cómo!!? ¡¡Sólo 35 puntos!! ¡Asquerosaaaaaaaaaa! me ha hecho la puñeta la muy petarda. Vaya forma de vengarse.]]

Yo: Bueno, ¿y ahora que hago?
La "muchacha simpática": Tienes dos opciones. O te vas otra vez a la tienda de ayer a que ella te los anule o te esperas 24 horas y se anula sólo.

[[Mmmmm...a la otra tienda mejor no voy porque no quiero ir a la cárcel por matar a la "víbora" de ayer. Ofus, tendré que esperar 24 horas.]]

Yo: Mira mejor vengo mañana y espero las 24 horas.

Así que segundo día perdido. Para un móvil chorra. Que mañana te regalarán en la bolsa de las patatas fritas. Menos mal que no pido de esos que te dan de comer sino me mandan a recogerlo en cohete a la luna.

Y el tercer día que creía yo que no se iba a complicar la cosa. LLego a la tienda. Le vuelvo a dar los datos. Me saca el móvil nuevecito. Y cuando va al ordenador a canjear los puntos y hacer la operación...¡¡NO HAY LÍNEA!! La muchacha no puede entrar en la página de la compañía. AAAAAhhhhhhhhh. No me lo podía creer. Así que la solución era o esperar a que volviera la línea (que a lo mejor no volvía hasta el día siguiente) o irme a otra tienda. Evidentemente esperé a ver si volvía la línea porque me daba pavor descubrir a un nuevo "especímen" en otra tienda. De tres tiendas que había visitado sólo había conocido a una dependienta normal. No era para lanzarse a lo desconocido. Así que después de esperar TRES LARGAS HORAS conseguí mi móvil chorra. Que lo único que tiene de especial es que me comunico con la gente y puedo hacer fotos (vamos lo menos que se despacha en móvil). Y para esta maravilla de tecnología he tenido que esperar ¡TRES DÍAS!... Lo dicho. Estas cosas sólo me pasan a mi.

2 Comentarios:

At 21 de septiembre de 2007, 15:11, Blogger Aristófanes said...

Me habría gustado verte con la "buena mujer" esa, que aunque haya sido una faena para ti suena bastante entretenido como lo cuentas.

Pero no te desanimes, que no eres la única...a mí me dijeron que pidiera el mío por internet, que en la tienda no les quedaban y tardarían en llegarles y van ya dos semanas esperando...porque claro, como eso va a la central los de la tienda no saben por dónde va el móvil y los de la central todo lo que te dicen es que no tardará, pero que depende del mensajero...

A veces dan ganas de comprar un teléfono de los de hace cincuenta años, pero con el cable muy largo...

 
At 23 de septiembre de 2007, 18:29, Blogger GABI said...

Jajajaja!!
Yo no quiero desanimarte aristófanes, pero mi amiga lo pidió por internet y tardaron en traérselo más de dos meses, y eso que le dijeron que como mucho en dos semanas lo tenía en casa.
Así que no desesperes y ánimo.
Besos!
P.D: No, si contado así parece divertido, pero cada vez que me acuerdo de la petarda...

 

Publicar un comentario

<< Home