Precisamente yo no soy muy deportista. Me explico. Hacer no hago deporte a no ser que se considere deporte el pasear. Y ver deporte por la televisión, pues en contadas ocasiones y dependiendo del deporte, pero precisamente el tenis no. Entonces, ¿a qué viene esta entrada? Pues como todo lo que ocurre en esta España de nuestros amores. Porque como las comparaciones son odiosas, pues vamos a ellas.

Nunca escribo sobre el deporte ni sobre las hazañas de nuestros deportistas (que últimamente no son pocas); pero esta me ha llamado la atención porque creo que se lo que va a pasar ahora. Aunque también tengo que decir que espero equivocarme.

Hace una semana que ganamos la Eurocopa y España no la ganaba desde hacía unos "cuarenta años y pico". Así que es lógica la euforia que se desató, a lo que hay que añadir que el fútbol es el deporte estrella nacional. Hasta ahí bien. El deporte que le guste a la gente o no, no se puede controlar y a uno le puede gustar mucho el fútbol y nada el baloncesto. Lo que si es cierto es que las autoridades tienen que responder del mismo modo o equivalente a hazañas iguales. He aquí la cuestión: el último español (me refiero en categoría masculina) que ganó el Wimbledon fue Santana en el año 1966, es decir, hace unos 42 años (Nadal es el tercer español en ganar el Wimbledon). ¿No equivale a la misma hazaña que ha realizado nuestra querida selección? Entiendo, que Nadal no va a mover a masas como nuestra selección pero, ¿cuál será el recibimiento que le tiene preparado nuestras autoridades?

Yo no digo que un deporte sea más que otro y evidentemente algunos son más populares que otros. Pero es una lástima que otros deportistas que llevan la bandera española a lo más alto del podio, y no me refiero ya concretamente al tenis sino a otros deportes más desconocidos por el gran público, ya que no desatan la pasión del ciudadano a pie, si deberían desatar la de nuestras autoridades. Para mi, el triunfo del deporte español siempre es un triunfo para todos, venga del deporte que venga.