¿Dónde está el trocito de mundo que me toca?

VOILÀ...C'ÉST ICI!

lunes, diciembre 25, 2006

Querido amigo:

Te escribo esta carta para relatarte y hacerte partícipe de los sentimientos que me embargan en estos momentos. Después de mucho meditar sobre nuestra amistad, creo que he vuelto a llegar al mismo punto en el que me encontraba hace dos meses. Sigo sin entender cuál es la postura que has decidido adoptar en esta amistad tan extraña, fuerte y profunda que hemos comenzado los dos.

En estos momentos, sigo sin saber que es lo que esperas de mí. Me pregunto si simplemente no esperas nada o si lo que esperas, al comportarte de esta forma conmigo, es que yo sea la que ponga fin a esta amistad creada por los dos. Si es lo que pretendías, he de decirte que lo has logrado porque, sinceramente, me encuentro derrotada. Me siento muy cansada de ser yo la que tira de este compromiso que creo que soy la única que quiere mantener, cuidar e intentar cultivar.

Mirando hacia atrás, veo las cosas que hemos pasado y compartido y he de confesar que me invade una gran tristeza puesto que yo siempre he sido sincera contigo y tu, sin embargo, no lo has sido conmigo. Me da rabia que precisamente tu fueras el que enarbolaras la bandera de la sinceridad y de que te jactaras de ser cien por cien sincero. Ahora que tengo la cabeza fría y puedo unir todas las piezas, sufro una gran indignación al comprobar que en muchas ocasiones me has mentido y engañado sin necesidad. No entiendo por qué has llegado a ese extremo puesto que la amistad se basa en aceptar al amigo tal como es.

Reconozco que al principio mis sentimientos hacia ti iban más allá de una simple amistad y que, por el contrario, tus sentimientos hacia mi no dejaban de ser simplemente curiosidad por conocer a alguien extraño y que se alejaba de todo convencionalismo por ti conocido. También, he de admitir, que estos sentimientos me han hecho sufrir mucho durante meses y que me los he tenido que tragar y digerir como buenamente he podido porque tu tenías tu pensamiento en otra persona.

Pasados todos estos momentos de tensión y amargura, y después de haber sobrevivido a esta situación y resurgir como Ave Fénix de sus cenizas, llegué a colocarme en la situación que creí perfecta. Me encontraba en el tránsito de reciclarme para convertirme en tu amiga y desechar los otros sentimientos, que visto lo visto, no me hubieran llevado a ningún lado y, solamente, me hubieran acarreado más problemas que satisfacciones. Así que me encontraba en un punto en el que no sentía dolor en el corazón porque había anulado tanto mis sentimientos hacia ti hasta tal punto de que ya no sentía nada. Tampoco era la situación ideal crear un muro a mi alrededor para no dejar que me hicieras daño. Me estaba volviendo insensible en esta relación y me alejaba de quien era como persona, con lo cual, con el tiempo, determiné derrumbar el muro y con ello, volví a sentir el agobio y el dolor en el corazón.

Llegando a este punto en el que tenía asumida mi situación, mi vulnerabilidad hacia ti y que nuestra relación era una amistad profunda de las que todos querríamos encontrar alguna vez en la vida y que no siempre tenemos la suerte de hacerlo, me encuentro que tu comportamiento hacia mí es cambiante y extraño. Te comportas como una montaña rusa: a veces estás a mi lado como el mejor amigo y, otras, no das señales de vida como si te hubieras perdido. Muchos de tus comportamientos me dan a entender que mantienes esta amistad por pura educación y por contestar cortésmente a una persona que muestra interés por ti. Lo siento, pero no creo que una amistad sea esto. Creo que tiene que ser un dar y recibir y no una espera a que alguien se acuerde de ti para contestar cortésmente a esa preocupación o interés demostrado.

Después de observar y sopesar tu comportamiento hacia mí, creo encontrar indicios de que te comportas con total indiferencia hacia mí y, últimamente, hasta de forma maleducada, supongo, que para provocar esta situación en la que me encuentro: que sea yo la que diga "hasta aquí hemos llegado". Tal vez tu conciencia al mirar atrás necesita decirse que fui yo la que acabó con nuestra amistad y no tu.

De todas formas, yo nunca te recriminaría que no quieras ser mi amigo puesto que, precisamente, si algo podemos elegir en esta vida son los amigos. Yo acepto que ya no quieras seguir manteniendo esta amistad pero lo que nunca te podré perdonar, después de lo vivido y de las confidencias realizadas, es que no tengas el valor de decirme que no quieres seguir con esta amistad que tan extrañamente llegó a nuestras vidas. Creo que merezco una explicación de este comportamiento tuyo. Creo que merezco que esta vez seas sincero conmigo. Por ello, yo llego hasta aquí, y a partir de este punto, nuestros caminos han de separarse.
Quiero que sepas que no te guardo rencor. Aunque hayas tenido este tipo de comportamiento conmigo. Pienso que eres una persona maravillosa y que te mereces lo mejor de este mundo porque tu y yo sabemos que ya has sufrido mucho en esta vida. Es por ello, que te deseo mucha felicidad y que la vida te regale cosas maravillosas.

Me duele perder a un amigo como tu pero el destino ha preferido que nuestro futuro fuera éste.

Sólo decirte que siempre te llevaré en mi corazón porque eres inolvidable.

Con cariño,
Tu amiga sevillana.

jueves, diciembre 21, 2006

U2...una de mis grandes pasiones.

Como no podía ser de otra forma, al escuchar una de las últimas canciones de U2 (Window in the skies) ya no me la puedo sacar de la cabeza. La llevo tarareando dias y sigo sin parar. Desde luego que siempre me sorprenden. Sólo puedo dejaros con la letra y el video, para mi: sublime.


WINDOW IN THE SKIES
The shackles are undone
The bullets quit the gun
The heat that's in the sun
Will keep us when there's none
The rule has been disproved
The stone it has been moved
The grave is now a groove
All debts are removed
Oh can't you see what our love has done?
Oh can't you see what our love has done?
Oh can't you see what our love has done?
What it's done to me?
Love makes strange enemies
Makes love when love may please
The soul in and striptease
Hate brought to its knees
The Sky over our head
We can reach it from our bed
If you let me in your heart
And out of my head, head...
Oh can't you see what our love has done?
Oh can't you see what our love has done?
Oh can't you see what our love has done?
What it's doing to me?
Oh oh oh
Oh oh oh
Please don't ever let me out of you
I've got no shame
oh no oh no
Oh can't you see what love has done?
Oh can't you see?
Oh can't you see what love has done?
What it's doing to me?
I know I hurt you and I made you cry
Did everything but murder you and I
But love left a window in the skies
And to love I rhapsodize
To every broken heart
For every heart that cries
Love left a window in the skies
And to love I rhapsodize



lunes, diciembre 18, 2006

La vida en un instante...

Este fin de semana han ocurrido dos hechos que me han vuelto a recordar que en esta vida nos encontramos de prestado, que sólo estaremos aquí un instante y que tenemos que aprovechar cualquier momento o suspiro de vida para disfrutarlo.

Por un lado, este fin de semana mi hermano ha ido al entierro de una compañera suya. Volvía a su casa después de salir de trabajar, se le estropeó el coche en la carretera nacional y otro coche le dio por detrás. En un instante su vida se apagó. ¿Quién le iba a decir que ese dia cuando terminara de trabajar y cogiera el coche para volver a casa nunca llegaría?

Y por otro lado, la hermana de una de nuestras vecinas ha perdido a una hija y la otra se encuentra en la UCI de otro accidente de coche, esta vez choque frontal, cuando venían a visitarla del pueblo. ¿Quién les diría a ellas que nunca llegarían a volver a ver una vez más a su madre?

Estos dos hechos vuelven hacer que surja en mi memoria los momentos tan amargos que pasamos en mi familia con un accidente. Después de este hecho, mi vida ya no volvió a ser la misma. El cristal a través del que miraba ya no era el mismo...simplemente no podía ser el mismo. Las prioridades cambian por completo y las cosas empiezan a adquirir su justa importancia.

Después de aquello, mi forma de entender la vida a la fuerza tenía que cambiar. Tenía que cambiar el enfoque. Tenía que llegar a un punto en el que si me pasaba algo (nadie puede saber lo que ocurrirá) que no me fuera con la pena o con la sensación de no haber vivido lo suficiente, de no haber disfrutado de todo. Por ello, intento disfrutar de los pequeños instantes ya que al fin y al cabo de eso se trata, de disfrutar de los pequeños momentos que son los que forman nuestra vida.

Así que invito a todo el lea esto que disfrute todo lo que pueda de las pequeñas cosas: de los paseos, de los momentos en que cantas en el coche o en la ducha, de las comidas familiares, de los cafes con los compañeros, de las cervezas con los amigos...de todo lo que os ocurra a lo largo del día porque eso es lo que forma vuestra vida y si no lo disfrutais entonces no estais disfrfutando la vida, no estais viviendo sino sobreviviendo.

martes, diciembre 05, 2006

¿Hogar dulce hogar?

Después de mi semana por U. K. y una semana más sacando trabajo a mogollón de la oficina (que me lo han acumulado todo en la mesa) necesito otras vacaciones. Con la gente que normalmente hablo de los viajes que realiza, siempre llego a la conclusión de que en los últimos dias están deseando volver a su casa, a su rutina....a mi esto al menos esta vez, no me ha pasado. Vamos la semana se me ha hecho corta y cuando llegó el último día no tenía ninguna gana de volver. Nada. Ni sentimentalismo ni nada. Simplemente no quería volver otra vez a la rutina. A este trabajo que en demasiadas ocasiones resulta deprimente. No quería volver a escuchar los gritos de mi jefe (que últimamente se está aficionando a darlos demasiado a menudo; la confianza da asco). Me hubiera quedado allí....¿cuánto tiempo? Ni idea, pero más de una semana seguro. Y esto no es ni síndrome post vacacional ni leches...........esto es un intento desesperado por desconectar de la rutina que me envuelve a diario y que te agobia poco a poco. Y cuando te das cuenta ya te tiene atrapado y asfixiado con la paradoja de que cuando te vas estás deseando volver a regresar. Menos mal que después de este viaje, he descubierto que la rutina aún no me ha ganado. Espero seguir manteniendola a raya por bastante tiempo.