Ya se que según el dicho el que no ve más allá de sus narices es el enamorado pero no se yo si en este caso es al contrario. Para que me entendáis tendré que explicar la historia más o menos desde el principio (tranquilidad, creo que no será muy largo el post, o eso espero).
Veamos, tengo un amigo especial. Y cuando digo especial no me refiero a que tengo con él una relación romántica ni nada por el estilo sino a que él en sí es especial. Ya se que todos somos especiales a nuestra manera pero este amigo además de especial es la persona con más personalidad que he conocido. Su comportamiento y forma de entender la vida choca a todas las personas que lo conocen y eso es lo que a mi me pasó cuando lo conocí hará ahora cinco años, cuando ambos entramos de becarios a trabajar en la auditoría. He de confesar que al principio me cayó fatal, vamos, como una patada en el estómago. Lo mismo que le pasó a mucha gente de la empresa. Lo que ocurrió es que al final pasé con él más de ocho horas al día trabajando durante casi tres años, nos estuvieron mandando juntos de viaje a hacer "las Andalucías" como compañeros de trabajo y al final...al final conocí a la persona que había ahí dentro y que lo único que le pasaba era que estaba recubierta de un halo tan distinto a todo lo que hasta ese momento había conocido que tarde en ver como era realmente. Descubrí a una persona que si bien reía a mandíbula batiente con todo el mundo sufría muy adentro por el divorcio de sus padres. Conocí a una persona que se encontraba totalmente limitaba por la posición que tenía su familia y el comportamiento que él le debía a ésta (se que suena a telenovela pero en realidad es una familia muy pudiente y hasta que no lo conocí a él no me di cuenta que en realidad siguen existiendo clases sociales). En fin, que conocí a una persona entrañable que despierta en mi el sentimiento de hermana mayor (yo le llevo un añito y medio) y al que intento guiar todo lo que puedo cuando me llama un poco desesperaillo. Es decir, que digamos que soy para él una de las verdaderas personas en las que puede confiar y que muchas veces me doy cuenta, que me habla de cosas muy personales que nadie más sabe que se pasan por su cabeza. No es que nos veamos todos los días, ni todas las semanas, pero si hablamos muchísimo por teléfono y durante mucho tiempo.
Pensareis a que viene todo este rollo que os he largado. He intentado poneros un poco en situación aunque intentar describir a mi amigo sería complicadísimo dado lo especial que es, creo que más o menos es suficiente entender que siendo tan especial como es y no dejándose llevar por la multitud se encuentre tan maniatado por su familia hasta tal punto que le agobia en muchas ocasiones y desespera en otras muchas como él mismo me ha confesado tantas veces, llegando al extremo que a veces me dice que lo único que le gustaría es desaparecer.
Este amigo tan especial, hará unos meses que se echó novia. Tal noticia me dejó un poco helada porque hacía unos meses que llevaba saliendo con ella y, sin embargo, nunca me había comentado nada por teléfono. Pero, por otro lado, también me alegró muchísimo porque cuando los dos dejamos la auditoría, mientras yo me metí en la promotora, que aunque tiene un horario asqueroso me permite no comerme la cabeza con el trabajo los fines de semana (cosa que no me pasaba cuando trabaja de auditora), él se fue a una multinacional lo que le supuso trabajar catorce horas diarias y algún que otro fin de semana. En fin, que tenía un trabajo muy duro (ahora va a cambiar de empresa) y tan poco tiempo para las relaciones sociales que me alegré un montón cuando me contó que tenía pareja. Pensé, que al menos, tendría a alguien con quien compartir los pequeños ratillos que le pudiera arañar al trabajo. No obstante, el día que me contó lo de su novia, me quedé un poco hecha a cuadros porque parecía como si llevara casado con ella por lo menos diez años. Vamos que ilusión ninguna y eso que hacía años que le gustaba la muchacha y que sólo llevaba unos mes saliendo con ella. Me chocó tanto la desgana con que me lo contó que le llegué a preguntar si realmente a él le gustaba, si la quería, porque me transmitía una desidia muy grande. Él no supo que responderme. De todas formas, lo achaqué que no siempre vamos a ir por ahí enseñando a la gente lo ñoños que somos cuando estamos enamorados. Sin embargo, durante todo este tiempo, cada vez que hablamos nunca me habla de ella. Me resulta extraño porque todos mis amigos que tienen pareja en algún momento de la conversación sale la otra persona, a lo mejor en una conversación de cinco minutos no, pero las que yo tengo con él suelen rozar la hora. De todas formas, al principio opté por no preguntar por ella salvo las preguntas de cortesía para no ser mal educada, pero mientras pasaba el tiempo y me di cuenta que evitaba el tema, intenté meter a la chica en alguna que otra conversación; no obstante, al final he optado por no sacar el tema ya que he deducido que simplemente no quiere hablar de ella conmigo.
Pues bien, hará unos días quedé con él para ir al cine a ver "Kung Fu Panda" (no lo puedo evitar pero es que con esas películas me rio tanto que tuve que ir a verla). Y como el que no quiere la cosa pues salió el tema de la novia. Lo vi tan cansado, con tan poco ánimo hablando de ella. Que sí es de esta forma o de esta otra. Que es muy guapa pero a la misma vez muy altanera. En resumen, que es la chica que la familia esperaba que él tuviera como compañera, como madre de sus futuros niños. Una chica con una familia "bien situada", con "algo que aportar" al patrimonio familiar y que queda bien en sociedad. Se que suena a película pero como he dicho más de una vez "a veces la realidad supera la ficción". Pero a él no le hace sentir nada. Tan solo cansancio y desgana. Y me extraña. Me extraña que después de cinco años hablándome de ella y haber conseguido ser su novio ni le va ni le viene lo que ella haga. Me quedo perpleja pensando que la chica en septiembre se va mínimo tres meses de becaria a una Organización Supranacional muy importante en Nueva York y él no tiene ni pensamiento de ir a visitarla. Me tiene perpleja de que toda su familia piense que es feliz con ella y yo sea la única que veo que es una relación que le pesa. ¿Qué es lo que ocurre? ¿Nadie se da cuenta de nada? ¿Es que todos ellos están tan enamorados que no se dan cuenta de que el aludido está como alma en pena?
Pues bien, ese es mi amigo especial. Con el que volví hablar ayer por la tarde de todo menos de ella. Con el que quedaré otra vez la semana que viene porque está un poco desesperado con el nuevo trabajo que le espera. Y al que volveré a ver suspirar pensando que sería de su vida sino tuviera tanto que explicar a tanta gente que le observa.