¿Dónde está el trocito de mundo que me toca?

VOILÀ...C'ÉST ICI!

jueves, julio 26, 2007

MIRANDO ATRÁS PARA PODER SEGUIR ADELANTE.

Ayer quedé para comer con mis antiguos compañeros de la auditoría. Algunos siguen trabajando allí (con lo cual sigo a la última en cuestión de cotilleos...jejejeje) y otros, como es mi caso, nos encontramos por otros lares. Eso sí, aún seguimos estando todos en la misma ciudad.
La verdad es que ayer antes de llegar al encuentro no era precisamente alegría la sensación que me embargaba. No es por nada en concreto puesto que eramos muy buenos compañeros, tantas horas trabajando juntos y tantas horas compartidas debido a la de viajes que tienes que hacer en una auditoría dan para mucho...sobre todo para entablar muy buenas amistades. Pero ya digo, ayer más que alegría lo que notaba era cierto nerviosismo. Y es que es inevitable. Te encuentras de nuevo con gente que hace más de dos años que no ves y a los que querías con locura simplemente por su forma de ser (aaaayyy...ese Álvaro). Fue un encuentro memorable...inolvidable. Sobre todo porque también nos encontramos a mi exjefa. Que lamentablemente para ella, sigue siendo una mujer amargada, triste y solitaria. Y no lo digo porque me lo parezca a mi, todos piensan lo mismo. Y no es rencor, aunque mis últimos días me los hiciera insoportables, aunque al final no me tratara de la forma digna que me merecía...si algo hay claro es que yo me fui cumpliendo hasta el último minuto y con la cabeza alta. Ahora que la volví a ver, ella, sin embargo, no dejaba de agacharla...paradojas de la vida.
Pues bien, ayer me enfrenté a mi pasado...¡Y GANÉ!

miércoles, julio 25, 2007

ACOSADORES.

Vaya tema pero es que a raíz de lo sucedido en el día de ayer es algo que no se me ha quitado de la cabeza. Tranquilidad las masas que no ha pasado nada grave. Lo que ocurre es que me puse a pensar en ello y es que cualquiera hoy en día se puede volver un acosador. Sea de una manera u otra, y sea de la edad que seas siempre te puedes llegar a encontrar a alguien conocido o no que puede hacer que te sientas con un miedo atroz a ir sola o a no querer estar en determinados sitios. Al final te quitan la libertad de comportarte como tu eres (si el acosador es conocido) o te obligan a cambiar tus hábitos o forma de conducta. Bueno, creo que me estoy poniendo muy profunda.
Todo ello viene a consecuencia de que ayer, como todas las tardes, la novia de mi hermano llegó a mi casa. Ella trabaja en un bar que está cerca y por la tarde cuando cierran se llega mientras espera que mi hermano llegue de trabajar. Entonces las mujeres empezamos nuestro ritual de cafelito con pastelito y charlar hasta por los codos (he de decir que mi padre también participa sino que el se esconde detrás del periódico deportivo de turno mientras pone la oreja). Pues bien. Lo normal. Comentarios sobre las cosas que va hacer una, sobre donde te vas a ir en verano y demás...nada de hablar de la Pantoja, ¿eh?



La cuestión es que ayer vino muy agitada y nerviosa y es que un tio la había estado siguiendo después de salir de trabajar. Eran las 5:30 de la tarde pero claro a esas horas, todo aquél que haya estado en Sevilla sabe perfectamente que no hay nadie debido a la calor que hace. A esas horas sólo están los que tienen que salir a la fuerza a la calle y los "guiris". Pero claro, en un barrio de las afueras de Sevilla no hay ni guiris ni un alma perdida ni nada de nada. Así que la pobre iba sola por la calle y empezó a correr y no paró hasta llegar a mi casa, eso sí dando un rodeo, metiendose por distintos sitios para perderlo de vista y que así no supiera a dónde se dirigía (joe, la gente como piensa en plan película de acción y de espías cuando la están siguiendo; a mi, simplemente, me hubiera dado por correr como una loca). Evidentemente, después de contarlo llegaron las charlas sobre defensa personal impartidas por mi madre...sin comentarios. Sólo decir que la cosa quedó en que lo ideal sería llevar el bote de laca en el bolso por si se acercaba alguien usarla de expray. Yo creo que le daría con el bote simplemente o le largaría un bolsazo, pero cada cual que haga lo que crea más conveniente en esos momentos de tensión de ser atacada por un acosador.



Aunque el tema, una vez ya mi futura cuñada a salvo en mi casa, dio para mucho y para muchas risas con los métodos de defensa, se me vinieron a la mente a lo largo de la tarde los "momentos acosadores" que yo había vivido. Y me acordé que de pequeña, cuando iba al colegio, hubo un exhibicionista (con gabardina y todo, muy peliculero por cierto) que se entretenía en asustarnos a la salida del colegio. Así que se armó una buena en Sevilla Este (por aquél entonces eran dos casas y media, no el gran barrio que es ahora), la noticia se corrió como la pólvora entre los padres (era el único colegio que había) y hubo reuniones y persecución. Lo que dio como resultado que el exhibicionista no volvió aparecer más por el barrio.



Otra variante que tuvimos, hará dos años, fue la persecución que unos "niñatos con sus motos" (no tienen otro nombre) hacían sobre las muchachas que vamos solas en los coches. Mi barrio es muy tranquilo y de eso se aprovechaban (aún no tenemos comisaría en el barrio que es ya muy grande). El ataque consistía en que ellos aparecían (por lo menos seis motos) y te cerraban el paso por delante y por detrás (parece de película pero pasó y unas cuantas veces) mientras los otros te acosaban y daban golpes en el coche. Resultado: una chica se tuvo que poner a más de 140 km/h para escapar de los "niñatos" que no tendrían más de 18 años por unas carreteras a las que como máximo puedes ir a 30 km/h. La noticia volvió a correr como la pólvora. Lo que ocurre es que ya hay mucha más gente por la zona, lo que incluye una barriada de guardias civiles que se les "habrían las carnes" cada vez que veían a sus niñas montarse en los coches. Así que los guardias civiles ni cortos ni perezosos fueron contundentes: o la policía lo arreglaba o eran ellos los que lo iban arreglar haciendo patrullas vecinales. Menos mal que la policía lo solucionó porque, sinceramente, los guardias civiles haciendo patrullas creo que dan más miedo.



Pero claro, todos estos acosos siempre los sufrimos las mujeres (no puedo hablar por parte de los hombres aunque me supongo que alguno también los sufrirá). Aunque creo, que estos no son los peores. Ahora que veo las cosas con perspectiva creo que los que son producidos por personas que conoces son mucho más desagradables. Es entonces cuando me acordé de mi antiguo trabajo. Antes tenía cinco jefes (cuatro hombres y una mujer). Trabajaba de auditora en una auditoría pequeña (no era ninguna multinacional) que tenía mucho volumen de negocio. La cuestión es que cuando entré a trabajar allí (después de mi periodo de becaria) es cuando empiezas a descubrir realmente que es lo que se cuece en las cocinas. Al principio notaba que una de las jefas de equipo siempre intentaba esquivar a uno de los jefes. A veces cuando la auditoría le correspondía a este hombre en cuestión notaba que esta muchacha se ponía bastante nerviosa. Una de las veces que tuvimos que viajar a Granada para hacer una de las auditorías que le correspondían al susodicho, esta chica me miró a los ojos y me dijo: "No me vayas a dejar sola con J.....". Y entonces lo entendí...lo entendí demasiado bien. Lo entendí cuando empecé a trabajar con él y descubrí que una mirada puede ser más aterradora que unos "niñatos en moto". Descubrí que era un suplicio ir a su despacho. Y no era lo que dijera, porque decir no decía nada, era la mirada que te echaba que te hacía sentir la persona más desvalida sobre la faz de la tierra. Era como sentirse igual de vulnerable que una niña de 6 años pero con 25 (que era la edad que tenía entonces). Lo horrible es que acabas soportándolo y compartiéndolo con el resto de compañeras. Todo en silencio pero todas intercambiando opiniones con los ojos, con nuestras miradas. Gracias al cielo que no he vuelto a sentirme así nunca más.
En fin, mirando atrás pues sólo me queda que pensar que somos muy vulnerables en cualquier momento de nuestra vida. O tal vez sea yo solamente, no lo sé. Pero no creo que sea una cuestión de carácter porque precisamente soy una persona muy independiente, guerrillera y de carácter bastante fuerte. Al igual que lo eran mis compañeras puesto que teníamos que enfrentarnos a un mundo en el que la mayoría eran hombres (en la auditora trabábamos 16 personas de las cuales sólo habíamos 3 mujeres). De ahí lo desconsoladoramente que puede llegar a ser el sentirse así de vulnerable ante alguien que por el motivo que sea pueda llegar a ejercer sobre ti esa influencia y acoso, aunque seas una persona de naturaleza tremendamente fuerte.
Lo bueno de todo ello (mi lado positivo siempre sale a relucir en cualquier ocasión) es que para futuras ocasiones (porque las habrá, siempre hay alguien que quiere aprovecharse de su influencia de poder sobre los demás) una ya sabe cómo comportarse y a qué atenerse.

jueves, julio 19, 2007

LLAMADAS...LLAMADAS...

Ayer recibí una llamada de uno de mis amores del pasado (vaya como suena...un poco cursi, lo sé). Pero bueno, como siempre, no se el porqué, será porque siempre he sabido escuchar a los demás, me llaman para contarme sus penas. No me importa, pero claro creo yo, que también se podrían acordar de mi para contarme sus alegrías, ¿no? Pues la cuestión es que no...Así que puse oreja derecha en el móvil, luego la izquierda, luego la derecha de nuevo y así sucesivamente...¡más de una hora hablando! (voy a tener que poner un consultorio telefónico).


Se me hace raro pensar que entre todas las amistades que pueda tener me llame a mi, precisamente, para contarme penas de amores. ¿No tiene amigos del alma con los que desahogarse? No me importa ayudar a los demás pero donde algo hubo...Además, fue él quien terminó con nuestra relación (un poquito de tacto, digo yo). Vamos que lo único que me quedó después de hablar fue un comedero de coco horrible porque tanto tiempo sin hablar con él y me llama para contarse sus miserias, para decirme que no puede vivir sin C....., para explicarme lo feliz que se siente a su lado...¡pero bueno! ¡Que poca consideración! ¡Que yo también tengo mi corazoncito! ¡Insensible! ¡Mala persona! ¡Egoista! Uf...creo que me estoy encendiendo así que mejor lo dejo.


Lo único que pasa es que además no dejo de quitarme de la cabeza una canción que asocio a él vete tu a saber porque. Es extraño pero siempre asocio canciones a la gente. Cada vez que conozco alguien lo asocio a una canción...que le vamos hacer si soy "asín".


Bueno, aquí dejo la que me recuerda al insensible (será posible...):

martes, julio 17, 2007

¿INDEFINIDA?

Hoy, 17 de julio de 2007, es un día especial, es una fecha especial. Hoy se acaba mi contrato de trabajo. Ya cumple. Así que la semana pasada avisé a mi jefe de que esto se acababa y qué es lo que iba hacer. Sí, ya se, que lo normal es que sean en las empresas las que avisen por si te van a renovar o no. Y también se que si me hubiera callado mi mierda de contrato por obra o servicio se hubiera convertido automáticamente en indefinido...pero también se que esta empresa no es normal y que mi jefe todo lo del Estatuto de los trabajadores le resbala. A ver, él es así de chulo.
Pues bien. Contra todo pronóstico el todopoderoso señor del universo, o sea, mi jefe (en sus mundos él se ve así, pobre animalillo) se dignó a hablar conmigo de mi situación laboral. En sí el resultado me tendría que haber provocado una gran alegría y una gran paz interior puesto que me va hacer indefinida pero la forma en que me lo dijo le quitó todo el encanto que puede tener esa condición laboral. A saber. Primero se acerca el susodicho a mi despacho de forma pasotil y tranquila como diciendo "esto lo controlo yo aunque estemos en tu despacho". Empieza entonces desde el quicio de la puerta a comentarme el tipo de contrato que me va hacer. La conversación fue más o menos en los siguientes términos:
Mi jefe: He estado hablando con la asesoría de tu contrato a ver que te hacíamos. [[¿A ver qué me hacían? Pero será posible. ¿Que tal un contrato en condiciones y no otra mierda como la que he tenido durante un año?]]. Claro que te podríamos hacer otro contrato de otro año igual que este [[vamos otra mierda de por obra o servicio]] pero me ha estado diciendo José que eso es alargar lo inevitable. [[¿Lo inevitable? ¿Me vas a echar?]] Porque claro, todos estos contratos tienden al indefinido. Que si pasara una inspección pues que se entendería así [[uy si no existieran las inspecciones lo que me iba a quedar a mi...]]. También me ha dicho que si quiero seguir con el contrato por obra o servicio, otra cosa es que te deje parada unos días y luego te vuelva a contratar [[¿Me estás mangoneando?]]. Y que otra solución es que te puedo contratar por alguna de las otras dos empresas y podría seguir con el contrato por obra o servicio [[o sea, que me estás vacilando haciéndome entender que si te da la gana me puedes hacer otra mierda de contrato]]. Así que si a ti te parece bien pues te podemos hacer indefinida ya, pero vamos, que lo de indefinida da igual porque hoy en día te puedo echar igualmente cuando sea. ¿Tú que opinas?
Yo (que le estoy mirando con ojos como platos): Claro José Antonio. Tienes toda la razón. Hoy en día con cualquier contrato te pueden echar a la calle. Hasta con un contrato indefinido te pueden echar en cualquier momento. Vamos que tienes la misma seguridad que con uno de por obra o servicio [[Será capu..., este tío es imbécil]].
Mi jefe (que me está mirando con cara de asombro porque se creía que después de decirme que me iba a hacer indefinida le iba a besar los pies): ¿Entonces que prefieres?
Yo (con actitud muy pasota porque me estaba entrando una mala leche por lo que me había dicho): Hombre, yo por preferir prefiero el de indefinida [[Vaya pregunta estúpida que me haces. Es cómo si me preguntaras si quiero que me subas el sueldo]]. Entre otras cosas porque el año que viene me entregan el piso y tengo que firmar la hipoteca y no creo que sea lo mismo presentarle al banco un contrato por obra o servicio [[vamos la mierda de contrato que tu haces]] que un contrato indefinido. Pero claro, a mi me da igual. Tú haz lo que quieras.
Cuando terminé de decirle eso...que gustazo. Le hubiera hecho una foto. La cara se le quedó a cuadritos. Creo que no se esperaba en absoluto que le fuera a soltar eso. ¿Pero qué quería? ¿Qué me cortara las venas? No soy una persona desagradecida. De hecho, es algo en lo que me he fijado últimamente, de que la gente suele decir "gracias" y yo en cambio siempre digo "muchas gracias". Pude parecer una tontería pero a la gente le llama mucho la atención esta forma mia de agradecer las cosas porque además siempre lo digo con mucha energía (es que lo digo de corazón y no para cumplir). Supongo que él esperaría mi "muchas gracias" enérgico...pero sinceramente, en esta ocasión no hay nada que agradecer. Después de dos años a base de contratos que dejaban mucho que desear creo que me lo he ganado. Y encima a todo eso le añades con el asco, la dejadez y el aire de superioridad con que me dice que me va hacer fija...vamos. Con lo bien que hubiera quedado diciéndome simplemente: "He hablado con la sesoría y ya te vamos hacer fija". Entonce sí le hubiera dado las gracias. Millones de gracias. Entonces la noticia no hubiera resultado ser lo que resultó: un disgusto. Ni me apetecía contárselo a la gente de mi alrededor. Estaba totalmente indignada.
Lo malo de todo esto. Es que encima tengo que estar agradecida porque en el fondo y con los tiempos que corren ahora (sobre todo en Sevilla) soy muy afortunada con tener trabajo y encima que me hagan indefinida. Pero, ¿había que decirlo con esa actitud de yo soy el señor del universo? Porque una ya tiene letras que pagar y una hipoteca en camino pero se hubiera merecido que lo hubiera dejado con un palmo de narices. Ahí solo. Hablando con las paredes y diciéndole: "Os voy hacer indefinidas".

viernes, julio 13, 2007

¡VAYA FIN DE SEMANA!

Recuperada al fin de tan estresante fin de semana me pongo manos a la obra para hablar de ello. Aunque en realidad, he de confesarlo, soy bastante floja a la hora de pasar las fotos al ordenador (he tardado casi una semana) y como me apetecía poner alguna a la hora de hablar del tema, es por ello que hemos llegado hasta el día de hoy para hacerlo.


Pues bien, la verdad es que no me he podido quejar porque ha sido un fin de semana alucinante pero a la misma vez de infarto. Parar no hemos parado ni un momento ni un rato. Nos acostábamos tarde y nos levantábamos temprano. En general ha sido bastante especial. Es increíble pensar que manteniendo una amistad a través de correos, alguna que otra llamada telefónica y algún que otro rato por messenger, cuando te reunes puedas hablar tanto y de tantas cosas sin parar. Y que las horas vuelen sin que una se de cuenta. Que el tiempo pase en un abrir y cerrar de ojos y que te quedes con las ganas al final de que sólo ha sido una visita de cuatro días y no de una semana al menos.


Siempre he considerado la amistad algo muy importante, tal vez, porque con todo lo que he vivido hasta ahora mis amigos son los únicos que no me han fallado pasara lo que pasara. Siempre han estado ahí, hasta en los momentos muy duros (vosotros que sabéis quienes sois sabéis a lo que me refiero). Así que pensar que se puede cultivar de este modo una amistad en la distancia me ha sorprendido de manera muy grata. Me entusiasma pensar que aún, en este mundo de locos, sigues encontrando gente sencilla que está dispuesta a entregar su amistad sin reservas y sin dobleces. Sinceramente, después de este fin de semana tengo un poco más de fe en los demás porque también en mi camino he encontrado gente mezquina y mala, pero mala de verdad. Sin embargo, afortunadamente, he podido comprobar que no son la mayoría. Por todo ello, gracias a los que habéis venido y que luego me tendréis que aguantar. Espero que nuestra amistad duré toda una eternidad.

En referencia al viaje, pues he de admitir que hay dos cosas en este fin de semana que me han dejado sin respiración. Una de ellas ha sido la playa de La Caleta en Cádiz. A la cual tengo que volver sin lugar a dudas. Como sea tengo que volver a pisarla (esto ya es un reto personal).
Es que me transmitía una paz interior increíble, ese aire, ese olor a mar...como se nota que en Sevilla no tenemos playa, sólo (como decimos mis amistades y yo, aunque algún que otro sevillano nos mataría) un río radiactivo, que hay que tener mucha calor para bañarse ahí. No sabéis la suerte que tenéis los que vivís cerca de la playa, tan relajante...es como otra forma de entender la vida. Por lo menos en Cádiz pasa, la gente allí entiende la vida de manera diferente. No quiero caer en ningún tópico, simplemente es como si supieran disfrutar al máximo de las cosas buenas que te da la vida (por ejemplo la playa de La Caleta).

El otro momento, sin lugar a dudas, fue el concierto que dio Mana el domingo en Sevilla. Que sin ser muy fan de ellos acepté ir por acompañar al personal, y al final resultó ser toda una revelación. Lo pasé genial saltando, cantando y bailando. Fue increíble e inolvidable. Lo que si es cierto es que habría que pegarle un tirón de orejas a la organización. Me explico. El concierto se hizo en el Estadio Olímpico de Sevilla. No se cuántas entradas se vendieron pero por toda la gente que vi muchas muchas...muchísimas. La cuestión es: ¿había policía local para controlar el desbarajuste que se montó para entrar en los aparcamientos del estadio? Pues no. No había nadie controlando ni mandando un coche a un lado o a otro. Menos mal que parece ser que la gente esta vez fue bastante cívica y no hubo ningún desaprensivo que le dio por aparcar en cualquier lado, y creerme, la desesperación de la cola por entrar y aparcar el coche era grande. Pues bien, cuando terminó el concierto allá por las una y media de la madrugada, tampoco había ningún guardia para organizar la salida de vehículos. Resultado: mi menda no pudo mover el suyo hasta las dos y media de la mañana. Con lo cual llegué a mi casa sobre las tres de la madrugada el domingo para despertarme el lunes a la siete e ir a trabajar.

En fin, bastante estresante lo vivido. Pero de todas formas y de corazón, muchas gracias por venir a visitarme y hacer de este fin de semana INOLVIDABLE.

viernes, julio 06, 2007

LA CICERONE ATACA DE NUEVO.

Pues bien, modestia aparte, tengo que ser una cicerone buenísima porque la gente repite y repite. Así que este fin de semana (de hecho voy a las 3 de la tarde a la estación de Santa Justa a recoger al personal) tengo de nuevo visita desde las tierras almerienses. Ahora sí, a mi me tendrán que aguantar en agosto, porque, entonces, serán ellos los que tengan que hacer de cicerones.


Como siempre que llega gente desde afuera, que esperan pasarlo de forma inolvidable, el fin de semana que aterrizan aquí no puedo nada más que tener unos nervios en el estómago increibles (me recuerda a la época de los examens en la facultad.....aaaaahhhh!!). Parace o es, supongo, una tontería pero es que desde mi punto de vista es una gran responsabilidad y presión que recae en una, el que unos amigos que vienen a visitarte disfruten tanto como la primera vez.


De todas formas he vuelto a echar mano de mi gran amigo "el ordenador" para preparar rutas de visitas como ya hice la primera vez que aterrizaron aquí. Esa vez hasta me dió rabia que llevando tantos años viviendo en Sevilla (vamos desde que nací) y siendo esto como es una ciudad pequeña, porque lo es por mucho que les pese a muchos sevillanos, me dio rabia que tuviera que recurrir a páginas de internet para poder enseñar mi ciudad. Menos mal, que al menos le pude dar mi toque personal consistente en llevar al personal de bares de tapeos y tasquitas (eso no aparece en las páginas de internet).


Pues bien, en esta ocasión he optado por llevármelos fuera de Sevilla. Una vez vista la catedral, la Giralda, el río Guadalquivir, el barrio Santa Cruz y demás, creo que es mejor buscar otros sitios. Así que para no hacer sufrir mucho a los visitantes con la calor que hace por estas tierras (de los 40º C no nos salva hoy nadie) he decidido llevarlos a conocer Cádiz. Cambiamos de aires, hay playita, hay posibilidad de refrescarse... Lo malo es que yo no conozco Cádiz (no conozco bien Sevilla así me va con el resto) pero bueno, espero que lo que al final cuente sea la intención y las ganas de innovar. El domingo nos iremos a Aracena a ver la Gruta de las Maravillas. Al menos el tiempo que estemos dentro estaremos fresquitos. Y por la noche toca el concierto de Mana, que en principio, esa era la finalidad de la visita a tierras sevillanas. No obstante, como disfrutaron tanto la última vez, la visita ha degenerado de 1 día de estancia a 4.
No se cómo acabaremos ni dónde (seguro que me pierdo en el coche) pero bueno, espero que pase lo que pase simplemente disfrutemos y lo pasemos bien.
Feliz fin de semana a todos y si no vuelvo a escribir... ¡PUES BUSCARME QUE ME HE PERDIDO CON EL COCHE!

lunes, julio 02, 2007

MES NUEVO...Y SEGUIMOS IGUAL

Bueno, aquí me encuentro empezando nuevo mes, nueva situación laboral y, sin embargo, sigo estando en el mismo lugar.
He comenzado el mes de la mejor forma posible: YA TENGO MI JORNADA CONTINUA, todo un logro por mi parte (pues me lancé a decirle a mi jefe que si ya la empezábamos hoy). No se cómo se determinará la jornada intensiva en el resto de las empresas. Supongo que según lo que pone en el convenio colectivo, aunque aquí en Sevilla lo normal es que empiece desde el 15 de junio al 15 de septiembre siempre que la empresa tenga una actividad que lo permita. Pues en el caso de mi empresa no se sigue la norma establecida en tierras sevillanas, no, se sigue la norma de los mundos de "Joselandia" (nombre de mi jefe). La regla es sencilla: se coge jornada intensiva cuando mi jefe tiene calor. Lo malo es que cuando empieza la calor el no aparece hasta las 7 ó 7:30 de la tarde así que para cuando él empieza a sentir las calores del verano podemos estar perfectamente a finales de julio. Yo en cambio me tengo que tragar toda la calor que haga a las 4:30 de la tarde puesto que mi horario por las tardes sin jornada intensiva es de 5 a 8. Por este motivo, este año me he espabilado y me he lanzado a pedirla, al menos, a principio de julio. Evidentemente, cuando hablé con mi jefe para plantearselo la contestación suya fue: "yo aún no tengo calor". Me quedé a cuadros por un segundo pero al final conseguí recuperarme y lanzar un ataque tras otro hasta que se dio cuenta de que calor hacía mucha y de que la que la estaba sufriendo era yo.
Por otro lado, he comenzado el mes de nuevo sola ante el peligro. Mi compañero ya se ha ido de la empresa y ahora vuelvo a estar sola con el capitán (que no veas lo que hay que aguanterle), además de que ahora tengo que hacer el trabajo de dos personas por el módico precio del salario de una. Y mientras mi jefe se decide a volver a contratar a alguien (que supongo que será para septiembre) aquí me quedo yo sola para tragarme todos los "marrones" que no son pocos. Mi única esperanza es que el 6 de agosto ya no estaré aquí sino en alguna playa de Almería...
Pero lo que a mi no para de rondarme por la cabeza es que ya he visto pasar por aquí a tres personas. Y creo que esto seguirá así. Que volverán a seguir pasando gente y gente. No cuajará nadie más. ¿Tanto aguante tengo yo en el trabajo? No se, pero cada vez que se ha ido uno simpre me lo planteo: ¿no sería mejor que yo también levantara el vuelo? ¿no será que me he acomodado a esto? La verdad, es que esto no tiene futuro ninguno, pero ¿en que otra empresa puedo tenerlo? Si me voy de aquí en la que soy contable me iré a otra para seguir siendo contable puesto es lo que he estudiado. Aunque tal vez me debería de buscar otra en la que haciendo lo mismo tuviera mejor horario. No lo se. Siempre son dudas y comederos de coco. Como siempre pienso y repienso las cosas demasiado. A veces me gustaría poder dejarlo todo aparcado y dejar de analizar tanto las cosas.
Supongo, que a todos nos pasará lo mismo alguna vez en el trabajo. Supongo que en algún momento todos nos hemos llegado a preguntar: ¿qué es lo que hago yo aquí?